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Hambre y sed de la presencia de Dios

10 Mar 16 - 13:32

Hambre y Sed de la presencia de Dios.

Salmo 42:1-5
El hambre y la sed son dos cosas que desesperan.
Cuando el salmista habla del ciervo dice: brama por las corrientes; es un estado de extrema desesperación.

Una persona no puede vivir un día sin agua, sin sentir un decaimiento físico.

Los ciervos comen serpientes venenosas que les provocan fiebres muy altas y una sed desesperante.

Aunque tenga el agua cerca de ellos, los ciervos sienten una necesidad grande de saciar su sed. Con el cristiano debe de suceder igual.

Pablo le dijo a Timoteo: predica la palabra a tiempo y fuera de tiempo, pero no dejes apagar ese fuego que hay dentro de ti.

Hoy en día las personas, tienen mucho conocimiento bíblico, donde quiera se lee la Biblia y todos parecen estar satisfechos.

Ya no hay hambre, ni sed por congregarse, por ayunar, por orar.
Parece que en cada corazón hay suficiente palabra.

Mateo 5:6
Bienaventurados, esta palabra significa ser dichosos, estar felices, contentos.
Y el que tiene hambre será saciado.

Muchos venimos a la casa de Dios, frecuentemente pero aquí mismo dejamos a Dios. No queremos que el nos acompañe.

En la Biblia hay muchos ejemplos de lo que una persona puede hacer en un estado extremo de hambre y de sed.

2 Reyes 6:24-29
El hambre era tan grande que se comían a sus hijos.

Lamentaciones 4:8-10
Qué pasaría si en Tu ciudad, y en todo el país no hubiera alimento durante tres meses.

Que los granos se terminaran
Que hubiera sequía
Que no pasara ni un ave por el cielo
Que nadie tuviera trabajo
Que el calor aumentará 7 veces mas
Que nuestra piel se pegara a los huesos.

¿Que haríamos nosotros para alimentarnos físicamente?

O no le dolería a usted tener en su mesa un brazo de su hijo, para comérselo porque no hay otra alternativa.

Todo esto le sucedía a Israel a Juda a Samaria en algún tiempo.
Y sucedió solo por el hecho de vivir una vida conformista y mediocre.

La gente en ese tiempo jugaban con la voluntad de Dios, adoraban a otros dioses, se habían vuelto egoístas, avaros, y se creían que no tenían necesidad de Dios.

Y siempre vemos a una nación clamándole a Dios cuando ya nada pueden hacer.

Solo cuando estamos cargados de problemas buscamos a Dios, mientras tanto nos consideramos fuertes y que no necesitamos de Dios.

Nos creemos invencibles, pensamos que una predicación puede alimentarnos durante mucho tiempo.

Nos duele tanto apartar un día para buscar la presencia de Dios, para orar, para ayunar.

Y después venimos Quejándonos, eso mismo hizo el Rey de Israel cuando escucho la historia de las mujeres que una había sacrificado a su hijo y la había comido.

Después llego echándole la culpa a Eliseo.
Y es que es fácil culpar a otro, cuando uno esta lleno de problemas.

Igual sucedió con Jeremías,
Lo metieron preso porque les dijo que iban a ser destruidos en manos de los babilonios.

Es fácil culpar a otro, por nuestros descuidos espirituales.

Pero Jesus dice: bienaventurados los que tiene. Hambre y sed de justicia.

¿Cuántos tienen hambre?
¿Que está dispuesto hacer para saciar su hambre espiritual?

Tal vez usted venga a este lugar por compromiso por rutina y hoy no quiera nada con Dios, pero vendrá un día en que esta palabra que hoy se predica sufrirá tanto.

2 Timoteo 4:3

Es fácil que una iglesia se llene y solamente saciar el ego de alguien y que diga yo voy a la iglesia.

Porque hoy en día los pastores solo predican para llenar sus bolsillos, pero no para que la gente sea salva.

Predican mensajes, psicológicos. Pero no de salvación.

Permiten de todo con tal de que la gente esté ahí.

Tal vez usted se pueda enojar conmigo esta tarde pero sin paz y sin santidad nadie vera al señor.

Aunque canten bonito, prediquen bonito, toquen bonito.

En aquel día dirán Señor Señor en tu nombre hicimos muchas cosas.

Pero Jesus les dirá; 
Pero no te bautizaste en mi nombre solo lo usaste como amuleto.
Y si te bautizaste en mi nombre, pero nunca cambiaste.

Tomaste mi nombre en vano y como juguete.
Hay tanta gente que dice: no predique así pastor que la gente se pueda ir.

Pero es mi responsabilidad enseñarle a usted que si no arregla su vida no será salvo.

Hoy es el momento de que en nuestros corazones nazca esa hambre y sed de la presencia de Dios.

Los Pentecostales han perdido sus principios, que casi se parecen a los mundanos.

Hoy cantan hasta mejor los renovados, y ¿que esta pasando con la iglesia de Señor?

Ha entrado un conformismo grande.
Los cristianos de este tiempo no saben ni cuantos libros tiene la Biblia.
Se ha perdido el interés hacia la presencia de Dios.

Muchas veces se hace el llamamiento a este al altar
Y decimos aquí voy a orar y es porque todavía no hemos votado el orgullo, estamos en la iglesia y criticamos a los demás, venimos aquí y con raíces de amargura.

No queremos ni hacemos el intento de cambiar.

Y estoy seguro que si alguien se levantara en otro lugar haciendo grandes milagros ahí si correríamos.

Porque no correr a la iglesia a saciar nuestra sed de Dios.
Porque no doblar rodillas.

Porque muchas veces a Dios lo dejamos de ultimo, cuando debe ser el el primero.

Dejamos un culto por hacer cualquier otra cosa.

Y cuando levantemos nuestra cabeza para buscar de Dios será demasiado tarde.

La palabra de Dios se predica antes y no después.
No quiero llevar esa carga, sobre mi vida cuando tenga que dar cuenta por todos ustedes.

Si usted quiere cambie, si no no lo haga 
Apocalipsis dice: el que esta limpio que se limpie mas, y el que esta inmundo o sucio que se ensucie mas.

Josue pudo decir escojan ustedes hoy a quien van a servir, pero yo y mi casa serviremos al Señor.

Este llamamiento es para aquellos que tienen hambre y sed de Dios.
Aquellos que todavía no se han saciado.

Aquellos que quieren mas de Cristo.

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